miércoles, 2 de marzo de 2011

El descanso que me merecí

 
Cuando el color de los días se vuelven oscuros
y el calor de tu sol se me cae en un suburbio
es el tiempo que merezco el recreo de tu piel.

El suave perfume de tus manos me dijo
que tendría que luchar por tu presencia
pero con solo un descanso
no estaría a tu lado
sino callado en tus manos
acostándome en tu espacio.

Tal como imagine, tal como presentí
tenias los labios rojos llenos de ternura
que con el descanso de mi memoria se tornaban oscuros
al escuchar la sirena que me indicaba la perdida
de aquel pedazo de recuerdo que estaba atorado.

Como en aquel día que me prometiste que nunca volarías
siento que nunca voy a volver a preguntarte
eso que hizo temblar tu mirada
eso que hizo que cada pena se paga con lo merecido.

Porque gracias a ese descanso, hoy puedo verte diferente
con una mirada que solo este descanso me pudo dar
que solo una mirada te puede matar.

Este descanso, que por mas que nunca haya sido legal
fue un eterno suspiro que abrió el horizonte de tus limites.

Ese suspiro que me hizo entender que tan solo soy
un puñado de tierra sin tu implacable presencia.